jueves, 24 de septiembre de 2009

EL CATALEJO


Elias tomó el catalejo con ansias, y lo sostuvo entre sus manos. Era la oportunidad perfecta para evitar todos sus errores, mirando con el magico artefacto podría escudriñar como sería su vida con cada una de sus desciones.
Cada visión del catalejo le decía lo que sería su futuro, si hacia esto o no hacia aquello, si lo engañaría Lorena, o si al cruzar la calle lo atropellaría un tranvía, ¿qué debía estudiar?, ¿a qué trabajo aplicar?, ¿qué boleto de la lotería comprar para ser millonario?.
El catalejo era el mapa preciso para tener una vida perfecta, sin dudas, sin errores, sin sufrimientos, sin sorpresas inesperadas.
Avido y con las manos temblorosas Elias lo vio todo, mientras se sentía el hombre más afortunado de la tierra.
Su mirada al futuro le dio todas las respuestas que jamás pensó encontrar y aunque las opciones a elegir eran infinitas, ahora su vida no tendría margen de error.
Y cuando Elias terminó de escudriñar el mapa que lo llevaría a esa vida perfecta se fue a casa, para tumbarse en un sillón a morirse de aburrimiento.

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©2009 Liza Di Georgina | by TNB