viernes, 25 de diciembre de 2009

Esther

Hoy murio Esther.
Era una mujer menuda, pequeña, de ojos brillantes y labios delgados. Era una mujer grande, de ideas rebeldes, pensamiento ágil, sueños altos, y la palabra fácil.
Esther hablaba con todos, tenía muy bien puestos los pies en el suelo y no dudaba en ver el interior de los demás, en descubrir aquello que hace especial a cada persona, esa parte que podemos compartir con los demás para contribuir a que el mundo sea mejor.
Esther murio.
Tenía 78 años en la piel, pero su alma era mucho más joven que yo... en ocasiones era como una jovencita de 24, sobre todo cuando reía, cuando no perdía la capacidad de asombro, o de creer en los demás. No sé como lo hacía luego de que vivía rodeada de tragedias ajenas.
Esther era una mujer que será recordada, porque tocó la vida de muchos, porque las ideas que albergaba su cuerpo menudo traspasaron las fronteras y habló por aquellos que no tenían voz, porque luchó contra la injusticia de los más débiles.
Muchos hablarán de Esther, conociendola o sin conocerla. Esther fue mi amiga, ella podía verme más allá de la ropa que yo traía puesta o de lo que los demás pensarán de mí.
Esther era mi amiga.
Odio que se me muera la gente... Esther se le murió a mucha gente, no sólo a mí, Esther se le murio a una ciudad, a un género a una generación entera.
Esther era mi amiga, lamento no haberselo dicho mas a menudo, Esther era una gran mujer, de esos seres que dejan huella en la vida de los demás...
Habrá miles de historias sobre Esther, todos querrán decir algo de ella, yo sólo sé que Esther era grande y que nunca he conocido a nadie como ella, creo que nunca la conoceré.
Esther era mi amiga.
Ojalá que haya algo más allá, para que Esther platique, se ría, y arme una revolución para mejorarlo todo, en busca de la justicia. Arriba Esther, el cuerpo se rinde, pero el alma JAMAS
Esther Chavez Cano
 

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