miércoles, 28 de octubre de 2009

AQUELLOS DÍAS...

Extraño los días que vivía con las letras
ahora que vivo de las letras.

domingo, 18 de octubre de 2009

CEMENTERIO DE AVIONES (III)

Hoy pasé por tu casa par cumplir una vieja promesa que te hice. Estaba todo tan cambiado que apenas pude reconocer ese lugar donde pasé tantas tardes, tantas noches, tantos recuerdos. Todo estaba en penumbras y te juro que me dolieron las entrañas de ver el sitio tan solo.
Estuve a punto de gritar tu nombre: JOSE LUIIIIIS! Pero maldita sea! sabía que nadie iba a salir, en mi cabeza te veía, abriendo la reja, saliendo despacio y con una sonrisa en el rostro como siempre.
-Hola - me dirías.
-Hola -te hubiera respondido yo y habríamos ido por ahí a hablar horas y horas.
Por Dios que estuve a punto de gritar tu nombre, pero me contuve para no parecer una loca.
No pude cumplir mi promesa, no pude cumplirte ninguna de las promesas que te hice, supongo que tu tampoco pudiste, supongo que hicimos lo mejor que pudimos... no lo sé.
Luego que terminé la prepa perdí contacto con Myrna, en especial luego de que le di bajón con el Titi (ups).
Dejé de verte, hasta un día que nos encontramos por esas cosas del destino en la calle, yo iba a pie y tu te ofreciste a llevarme, la pasamos muy bien en el camino, y prometiste que me llamarías, pero no lo hiciste.
Y así nos llegamos a ver de vez en cuando, tu quedabas en hablarme pero no lo hacías, y yo me quedaba esperando como la Martina. ¿porqué no me llamabas? Ni idea...
Sé que suena anti-romantico, pero no recuerdo ya nuestro primer beso, no lo recuerdo...
sólo recuerdo esa danza de encuentros y desencuentros que nos perseguían siempre, momentos felices, y luego ausencias.
Hasta que decidí no quererte tanto, porque ya te quería, pero decidí que no quebrarías el corazón cada vez que te diera la gana y dejaras de verme.
Entonces era yo la que te buscaba, te encontraba y nos besabamos como locos en tu tienda de ropa.
¡Si esa silla blanca hablara! Tu sentado, y yo encima de ti comiendote a besos, aun hoy no entiendo como no se rompió y nos echó al piso como nos lo merecíamos :)
Pero ya con más años y menos verguenza me aventuré a preguntarte un día:
-Bueno, pues, y tú dime ¿nosotros que somos? ¿Amigos? ¿Novios? ¿Cancos? ¿Conocidos? ¿O qué? Digo, porque cuando te presente a alguien no sé que voy a decirles, mira te presento a Jose Luis, mi... ¿mi qué?
Por supuesto después de haber usado esa táctica varias veces con anterioridad sabía a la perfección su respuesta... pero aun así puse cara de What? y los ojitos de venado mientras esperaba tu contestación.
-Pues novios ¿no?
-Nnno sé -te dije entonadita.
-Pues sí ¿no?
-Si tú quieres.
-Sí, si tú quieres.
-Sí, sí quiero -contesté como si acabarás de hacerme la propuesta más romántica, a la que siguió una larga y apasionada sesión de besos y apachurros...
Mira José Luis, tú que siempre me reporchaste que no escribiera de ti, mira, ahora es lo único que puedo hacer...
Supongo que hay que tener cuidado con lo que se desea, poque se puede convertir en realidad.

sábado, 17 de octubre de 2009

CEMENTERIO DE AVIONES (II)

El vecino de Myrna estaba perdidamente enamorado de ella: Titi. Ya no recuerdo la estúpida historia de ¿por qué le decían Titi? Pero el moría por Myrna, quizá porque ella era blanquísima como la leche y el tan negrito como el ébano, pero Titi era muy dulce y amable, y su sonrisa encantadora. No era guapo, pero era mayor que nosotras y tenía una camioneta en la que nos llevaba a todos lados.
Myrna, Titi, Lupita y yo ibamos a menudo a tomar helado, a jugar billar, a pasear por ahí.
Alguna vez fuiste a jugar billar con nosotros, eras muy serio, tímido tal vez. Hablabas poco pero te reías de todas nuestras tonterías.
Yo estaba acostumbrada a recibir la atención de todos los chicos, pero tu siempre habías sido muy distante, creo que por eso me gustabas en secreto.
Una noche me acompañaron a casa Myrna, Titi y tú. ¿Te acuerdas?
Luego siempre te burlabas de mí y me decías que estuviste a punto de quebrarte la espalda cuando me cargaste.
No sé como se nos ocurrió, seguro fue mi idea, porque yo era la líder y ocurrente del equipo.
Pero se me ocurrió hacer una carrera a caballito. Titi y tú eran los caballitos ¡claro!
Tú me cargaste y yo te abrace fuerte, y me encantó, lo confieso. Era el momento preciso para estar cerca de ti sin perder el estilo. Yo honestamente no quería llegar.
No me preguntes ¿quién ganó?, no me podía importar menos, el resto del camino fuimos riendo y jugando. Nunca lo olvidaré.
Te juro que me provocaba besarte en esos labios gorditos y redondos, te juro que me provocaba jalarte del pelo y acercarte a mí para abrazarte mucho, mucho.
Nunca te pregunté si yo te gustaba entonces... no lo sé, supongo que ya nunca lo sabré.

CEMENTERIO DE AVIONES (I)

Tú no estás, y por Dios que no puedo explicarme como el mundo sigue girando, como este ovalo diminuto en el universo no se detiene y nos arranca a todos de tajo hasta llevarnos a la nada donde tú estás...
¿Cómo empezó? No sé, todo nuestro tiempo junto es ahora como las piezas de un enorme vitral que se me caen encima, y se me clavan hondo, y no se van.
Tú eras el muchacho, el amigo de mis amigos, el chico guapo que parecía chico malo. Con tus ojos negros y un poco tristes, con tu boca redondita y esa sonrisa que te arrancaba un suspiro, ¡tan guapo! Seguro que los Jonas Bothers no eran todavía ni unos mecos en ese entonces, pero tú ya eras adorable, con tu cabello rizado y esa sonrisa a medias cuando te mordías el labio (labio que co gusto te hubiera ayudado a masticar).
Tan hermoso, ¿quién coños no se iba a enamorar de ti si eras de lo más guapo?
En tu casa te decían Wicho, pero a mi me caaagan los apodos, y siempre te dije José Luis, aunque me tardara más JOSE LUIS. Que bien lo ameritaban esos rizos negros el que mi lengua se enredara un poco más por pronunciar tu nombre: José Luis.
Una noche estabas afuera de la casa de mi amiga Myrna. Pasaste con tus pantalones de mezclilla negros y rotos, muy a la rocker de principios de los 90´s.
Los dos teníamos 15.
Llevabas una carreola con la bebé más hermosa del universo, era igualita a ti, con sus ojos dulces, su nariz chatita y la boca redonda y gordita.
-Es mía -dijiste- no la toquen, es mi hija.
-Uy que adelantadito -pensé yo.
Myrna y Lupita (la vecina acoplada de 12, que estaba estupidamente enamorada de ti) no te creyeron.
-Ay ya, es mi sobrina Estefania.
¡Cómo querías a esa niña!
La verdad es que me gustaste mucho desde entonces, pero tú no te juntabas con nosotros, porque eramos más aniñadas, no sé, como que tú eras diferente, algo despistado, como que andabas en otra cosa, la verdad, jamás pensé que me fueras a hacer caso, no me mostrabas el más mínimo interés, pero era natural, yo tan normalita y tu taaaan lindo hasta el suspiro.

miércoles, 14 de octubre de 2009

CUANTAS VECES

¿Cuántas veces se puede morir en una vida? Creo que muchas,
y aun así, seguir viviendo...

POR SIEMPRE

Cuando tu nombre haya salido mil veces de mi boca
aun llevaré dibujado el mapa de tus labios sobre mi cuerpo,
y tus manos serán las llaves
que me lleven a las páginas de nuestros recuerdos
para trascender los caminos que quisimos recorrer,
por donde tu sombra me acompañará por siempre.

*Imagen de internet

AUN


Aun
y cuando tú dejes de estar conmigo,
yo
aun te seguiré buscando...

viernes, 9 de octubre de 2009

MI ENCUESTA

Alguien me podría decir ¿dónde creen que sea el mejor lugar para vivir? Yo no tengo la menor idea...

martes, 6 de octubre de 2009

RECUERDOS


El alma se te envejece de pronto 8 millones de años
y ni cuenta te das.
Hasta que un día ya nada te parece nuevo,
y la inocencia es sólo un recuerdo
que se fue por una calle
a la que ya no conoces.

AL FINAL

La noche se me cuelga de los ojos,
y se niega a abandonarme.
Las huellas oscuras
de la sombra que nos cubre a todos
se ha llevado mi alma para revolverla entre laberintos infinitos.
Pero al final,
cuando parece que me pierdo por completo...
tú estás ahí.
 

©2009 Liza Di Georgina | by TNB