viernes, 24 de julio de 2009

CONDENADA AL ANONIMATO

Historia veridica, VERIDICA, un día caminaba yo con mis 22 años a cuestas y revestida de inocencia por las calles de Amsterdam. Usaba un vestido rosa y alpargatas desgastadas de recorrer el viejo mundo. Después de ver cientos de galerías decidí que quería exponer mi trabajo, después de todo yo había estudiado en Bellas Artes de mi ciudad desde los 8 años y ya contaba con exposiciones pictoricas en México y Estados Unidos.
Además tenía ya un mes en la ciudad de los Paises Bajos y había amasado una buena cantidad de obras plásticas.
Entré en una galería, había un hombre gordo, blanco y ceboso muy de traje y sentado detrás de un escritorio negro.
El tipo me miró de arriba a abajo, no con deseo (porque tenía facha de homosexual fetichista), sino casí con incredulidad.
-Quiero exponer -le dije, así directita como soy, -soy pintora. -El sujeto contuvo el aliento.
-Aquí solo exponemos a pintores muertos o famosos -dijo finalmente.
-Aun no soy famosa, pero me puedo morir pronto -no pude contenerme y me reí. El gordo me miro con seriedad.
-Entonces hablamos.
-Bueno, gracias -creo que el sudoroso ni siquiera se dio cuenta de la tonteria que había dicho, ya me veía yo de fantasma yendo a hablar con ese tipo. ¡Hasta cree! que iba a perder mi tiempo de muerta en buscar a ese. Nel, ya para ese entonces, él, su galería, las exposiciones, los cuadros, la fama y la lana, me iban a valer tres chin...
Ya de muerta me iba a dar el lujo de ver los lugares que no conocía y que el marrano ese se metiera la fama y el reconocimiento postumo por su gordo y apestoso...

0 comentarios:

 

©2009 Liza Di Georgina | by TNB