sábado, 16 de febrero de 2008

Super reencuentro



Es una regla, justo el día que decides darte una escapadita al super en tus peores fachas te encuentras a quien menos quisieras que te viera en tan deplorable estado. Es de ley.

Pues sucede que cuando estaba apunto de cocinar un omelette a la mexicana, me faltaban los tomates, así que con flojera y todo: en pantuflas, despeinada, sin lavarme los dientes, con un brasier medio aguado y sin quitarme las lagañas (digo era sábado a las 8 a. m.), me lancé al Smart más cercano. Bendito Smart abierto las 24 horas.

-Que no me encuentre a nadie, que no me encuentre a nadie (me faltaban tomates pero me sobraron los huevos para que me valiera gorro mi imagen, hasta que salí del carro y la brisa de la sociedad me hizo temblar un poquito). -Entonces sucedió… Maldito Smart abierto las 24 horas. Cinco años sin vernos y me lo encuentro de nuevo, imposible de esquivarlo, que si no me paro me pasa por encima, hubiera sido demasiado obvio, lo miro y saludo con una sonrisa nerviosa.-(¡chingados!) Jeje (riéte bruta y finge que pareces una reina) –me medio acomodo el pelo con los dedos y me quito las lagañas, limpieza ante todo, ¡pero fast!

-Hola (se te atragantó en la garganta nuestra historia juntos, lo veo, lo veo en tus ojos, jeje, todavía te hago sentir algo, ¿qué, no sé? Pero algo) ¿Cómo estas?

-Hola (15 kilos más gorda, no finjas que no lo notas) Bbien ¿y … tú? (y además con cara de pan crudo, sin pintarme, es sábado por la mañana… ¿acaso eres mormón? ¿Por qué te arreglas tanto? ¡Maldito, te ves muy bien!).

-Bien también, ¿qué has hecho?-(puta, no me preguntes eso… no he hecho nada con mi vida, claro que no, llorar por ti, preguntarme qué hacías, y con quién claro, conseguirme un tipo vale madres, y cagarla muchisimo) Pues trabajar, ya sabes ¿Y tú? (pinche pendejo)

-También (finge, conseguir un puestazo en el gobierno, comprarte una casa en Texas y viajar por toda Europa, y yo sigo de looser…)

-Que bueno –sonrío (claro que no, ojala que te hubiera cargado la chingada, y yo que había soñado tantas veces con nuestro encuentro, con que volvías solo y derrotado para suplicar por mí).

-A ver cuando vamos a tomarnos un cafecito (todavía me duele, no, no quiero, a menos que me ruegues de rodillas y te humilles mucho, mucho como cuando yo te pedía que no me dejaras).

-Cuando quieras (¿quién es esa tipa, quién es, porque se acerca que quiere? ¡¡¡Te abrazó, puta te abrazó!!!).

-Mi novia (Zoorra, esta bien fea).

-Mucho gusto -me acicalo el pelo (hoy fue un mal día yo soy mas bonita que ella, eso que ni que).

-Igualmente, ¿nos vamos Daniel? (que mal habla).

-Sí. Nos vemos otro día, yo te llamo.

-Aja (besos, besos, ¡judas! ¿y yo a qué venía?, me faltaron tomates, siento como si hubiera partido un montón de cebollas, quiero llorar, maldito sea tu chile, me voy a mi casa, es más ya ni hambre tengo. Claro pero cuando uno se pone guapa no se encuentra ni al perro. Quiero vomitar. ¿Dónde está la sección de licores? Voy por una de tequila).

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