jueves, 29 de mayo de 2008

AQUÍ

Aquí
en el desierto
nadie se escapa,
el bullicio de las balas te penetra hasta el alma,
no con miedo,
con desesperanza.
Ni
l a s
dunas rojas
que degluten la sangre
pueden contener el olor a muerte
que nos envuelve 42 grados más tarde,
entre suzurros de niños que nadie escucha,
pequeñas sombras que seguirán los pasos
hacia las balas.
Porque aquí,

en el desierto,

nadie se escapa.

1 comentarios:

Idazizo A. dijo...

Liza,

Mo te alejes tanto, la distancia no muerde el camino, ni la vida merece las lágrimas.

El mar no tiene agua salada porque haya llorado, sino por los abandonados que quedaron sólos en el desierto.

Saludos
Paulino Arreoala

 

©2009 Liza Di Georgina | by TNB