Entre tu y yo
nunca hubo sábanas.
Lo nuestro era un juego
de poker de piernas,
tú escondías tus deseos
mientras yo mostraba mis cartas
abiertas di amantes:
diamantes y corazones.
Y aunque finjiamos no amarnos
ambos sabíamos
lo que escondía nuestra mirada,
en ese incesante intento
por ganarnos el alma.
jueves, 24 de septiembre de 2009
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