LA INJUSTICIA
En medio de su invernadero se ajustó las gafas y un mechón que salía de su chongo. Inquisitiva, miró dentro del frasco-residencia de la larva amarillenta. Decepcionada garabateó en su cuaderno. El gusano no se convirtió en mariposa... pero cuando escuchó el insulto matutino de todos los días saliendo por la ventana de la cocina, lo supo: fue su marido el que se convirtió en gusano.
viernes, 2 de enero de 2009
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